Por alguna razón, que es muy difícil de explicar aquí, el turismo oscuro ha cambiado la forma en que el turismo se concibe globalmente. El sentido apolíneo de la belleza, que caracterizaba el turismo clásico, establece el ritmo de nuevas formas morbosas de consumo, que descansa sobre la figura de la muerte como principal mercancía a intercambiar. En los últimos años, algunos académicos argumentaron polémicamente que las necesidades de consumir la muerte de los demás están culturalmente arraigadas en los tiempos antiguos de la humanidad o, al menos, en las culturas sedentarias. Para validar sus tesis, estos eruditos insisten en el hecho de que la peregrinación parece ser la prueba clara de que el turismo oscuro se practicaba en épocas anteriores a la modernidad. Del mismo modo, la teoría del turismo oscuro-como-patrimonio postuló la importancia de considerar el patrimonio como los factores clave hacia el proceso de la thanaptosis, que es anterior a la formación de sitios de turismo oscuro son prácticas y signo de una nueva etapa del capitalismo, donde la muerte se intercambia globalmente como la principal mercancía. El concepto de turismo oscuro aceleró los cambios rápidos hacia formas más virtuales de contemplar el turismo virtual o el turismo de guerra, donde los visitantes debían moverse en condiciones peligrosas o riesgosas.