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los tipos de capital social es el comunitario que se dene como:
El conjunto de recursos que, fundamentados en valores y principios comunes, existen en las 
estructuras comunales y se maniestan con relaciones de conanza, cooperación y reciproci-
dad, así como con normas, organizaciones, instituciones y redes que facilitan la acción colectiva 
para el logro de ciertas metas de desarrollo comunitario (Argueta-Jaén, 2012).
El capital  social,  basado en  los principios  de equidad, reciprocidad y conanza, que 
reeje una comunidad, está directamente relacionado con la eciencia en la gestión or-
ganizativa de una comunidad que permita al grupo sobrevivir en este mundo globalizado 
(Bartholo et al., 2009). La cooperación tiene una relación directamente proporcional con 
los capitales sociales.  Angus Lyall reere a Boix y Posner, quienes observan que la rei-
terada cooperación “aumenta los capitales sociales disponibles”, y a la inversa, “fallas en 
la cooperación disminuyen los capitales sociales” en las distintas etapas de negociación 
entre los actores locales y los intermediarios nancieros (Prieto, 2011).
El que una comunidad tenga capitales sociales fuertes será un predictor del éxito 
de la actividad económica que se proponga una comunidad, sea o no turística.  Los 
capitales sociales benecian a una comunidad en varios aspectos.  En lo económico y 
material la comunidad recibe mayor impulso, desarrollo y sustentabilidad de proyectos 
comunitarios turísticos. En el aspecto social y cultural los benecios son cohesión grupal, 
fortalecimiento de la identidad, vida social y mayor acceso a servicios colectivos.  En el 
aspecto político y cívico la comunidad se benecia en la coordinación e interacción con 
diferentes agentes, mejora en la capacidad de propuestas e intervención y en el diálogo, 
negociación y generación de acuerdos (Argueta-Jaén, 2012).
Por otra parte, en relación a las deniciones de turismo comunitario que se encuentran 
en la literatura, éstas coinciden en manifestar que el turismo comunitario surge y es ges-
tionado por la propia comunidad, aunque sea inspirado en otras experiencias (Lima, 2012), 
(Roux, 2013), además incluyen una repartición justa y equitativa de los dividendos en base 
a la solidaridad y democracia con capitales sociales fuertes y participación. Las variantes 
de estas deniciones  se inclinan por una organización empresarial (Maldonado, 2008), o al 
ecoturismo  (Internacional, 2001).  La FEPTCE dene turismo comunitario como:
La relación de la comunidad con los visitantes desde una perspectiva intercultural en el desarrollo de 
viajes organizados con la participación consensuada de sus miembros, garantizando el manejo adecua-
do de los recursos naturales, la valoración de sus patrimonios, los derechos culturales y territoriales de 
las nacionalidades y pueblos para la distribución equitativa de los benecios generados (FEPTCE , 2012).
Por tanto, el turismo comunitario es una actividad socioeconómica, con la inclusión de 
todos los miembros de una comunidad, a través de una distribución equitativa de los de-
rechos y obligaciones. El turismo comunitario se origina en la decisión de la comunidad 
de mostrar al otro la esencia de su vivencia diaria, cultura, cosmovisión, la autenticidad 
de una vida que transcurre diferente y a veces indiferente a este mundo globalizado. 
No hay cifras claras que reejen el benecio económico del turismo comunitario; hay