Salvaguardia: Una herramienta para la conservación del Patrimonio Inmaterial
Maricela Pulloquinga, Evelin Chimborazo, Magaly Toapanta
Kalpana no. 21. (diciembre -2021) (pp.47-69)
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Cabe considerar que el patrimonio intangible, sólo puede existir como una construcción
humana, pues son los seres humanos y/o comunidades que le dan sentido al mismo, ligado al
pensar de la vida cotidiana, en materia narrable y valores compartidos. Es necesario mencionar
que de acuerdo (Amescua & Hilario, 2013) el patrimonio inmaterial se pierde y muere cuando
se desvincula de la sociedad que lo produce, en otras palabras, cuando pierde sus significados
y su funcionalidad. En todo caso, el patrimonio inmaterial está vivo y es dinámico, pues su
paso a través de generación en generación, le permite hoy en día existir, es decir su presencia
admite que sea celebrado, vivido o rememorado por diferentes personas y grupos.
Como signatario de la Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial
(UNESCO, 2003), el Ecuador ha considerado las cinco categorías generales, denominadas
ámbitos del PCI, que se encuentran en el documento de la Metodología para la Salvaguardia, y
como objeto de estudio se considera al ámbito 3: usos sociales, rituales y actos festivos, en el
cual se encuentra inmerso el subámbito fiestas. El término fiestas desde la perspectiva del
(INPC, 2011) se define fiestas como actos rituales, pues implican un patrón determinado,
acompañadas de baile, música y comida y en ella intervienen otros rituales específicos. Las
fiestas se desarrollan con frecuencia en espacios públicos. No responden necesariamente a un
mito y son de carácter más o menos solemne, según las pautas que establece la tradición. El
patrimonio inmaterial, se ve afectado por el mal uso de la información, que deprecia su
simbolismo y los significados de las expresiones vivas para sus portadores, de acuerdo a
(Fontal, 2017) herramientas como la salvaguardia, son elementos importantes dentro de la
educación patrimonial, pues alude a una dimensión activa de acompañamiento en los procesos
de transmisión, que está ligada a la noción de despertar, se refiere a suscitar la curiosidad,
conducir a la reflexión desarrollando los sentidos y la toma de conciencia, de tal manera que se
busca mantener la continuidad del patrimonio vivo y fortalecer la identidad cultural.
De acuerdo a la metodología para la salvaguardia del (INPC, 2013), en la guía metodológica
para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, se entiende como salvaguardia al
proceso metodológico que comprende la identificación, investigación y definición de acciones
específicas para lograr la continuidad de las manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial,
es decir, para permitir que estas se mantengan vigentes y sean practicadas por las generaciones
sucesivas, en tanto sigan siendo pertinentes para esa cultura. La salvaguardia es una herramienta
de gestión cultural, enfocada a prevenir y mitigar el riesgo que enfrentan las manifestaciones
culturales, que forman parte del patrimonio vivo, es así que se emplean acciones, dentro de las
cuales sugiere registrar los conocimientos, saberes y tradiciones ancestrales, de manera
sistemática, siendo su propósito, la preservación de la continuidad de las mismas. Dicha
herramienta se rige bajo cuatro principios rectores: La participación, en la cual se debe poseer
un gran sentimiento de cooperación entre grupos de interés.
La interculturalidad, en la generación de procesos que impulsen el desarrollo local mediante un
diálogo equitativo entre saberes enriqueciendo a las culturas participantes. La sustentabilidad y
la interinstitucionalidad, que ayudan a centrar los objetivos en planes de ejecución con alcances
técnicos, económicos, humanos y el manejo ético que genera una norma de respeto tanto hacia