Evaluación heurística de los sitios web de los museos ubicados en la ciudad de Quito
Diego Salazar Duque
Kalpana no. 24 (julio – 2023) pp. 62-83
[66]
El test; compuesta por la interacción constructivista, test retrospectivo y el método
conductor, requiere de una interacción entre varios usuarios inexpertos como
mecanismo de intercambio de ideas.
En función de los señalado anteriormente, y con el fin de evaluar la usabilidad de un
sitio web que pueda ser útil para examinar la interfaz del usuario que visita un Museo de forma
virtual o digital, se adopta la postura de Nielsen y Molich (1990) y Hernández et al. (2016) al
considerar como la alternativa más adecuada, para esta investigación, trabajar mediante la
evaluación heurística de sitios web por inspección (García et al., 2019); esta decisión también
ha sido corroborada por Maguire e Isherwood (2018) en sus estudios al afirmar que la
evaluación heurística identifica más problemas de forma efectiva que los otros métodos.
Evaluación heurística
La evaluación heurística es un método de análisis de la usabilidad de un sitio web que
consiste en valorar si los elementos de una interfaz contribuyen a facilitar la experiencia del
usuario; para ello, su proceso debe estar fundamentado en función de una serie de principios de
uso establecidos en una lista de heurísticas para la detección de problemas (García et al., 2019).
Sobre esta postura, y con el objetivo de definir los criterios que se deben tomar en
consideración en esa lista, varios autores han planteado diversos modelos para realizar un
proceso de evaluación a partir del método de evaluación heurística (Cumbreras y Conesa, 2006;
Torres et al., 2022). Por mencionar algunos autores se destacan los modelos de: Nielsen, el de
Keith, el de Montero y Fernández o el de Nirjhor.
El modelo de J. Nielsen (1994), toma en cuenta los siguientes puntos: la visibilidad
del estado del sistema, control y libertad del usuario, prevención de errores, ayudar
a los usuarios a reconocer, diagnosticar y recuperar errores, relación entre el sistema
y el mundo real, reconocimiento, flexibilidad y eficiencia de uso, consistencia y
estándares, ayuda y documentación, estética y diseño minimalista.
El modelo de Keith Instone (1997), adaptado del modelo de Nielsen, considera los
siguientes puntos: visibilidad del estado del sistema, similitud entre el sistema y el
mundo real, control por parte del usuario y libertad, consistencia y cumplimiento de
estándares, prevención de errores, preferencia, memorización, flexibilidad y
eficiencia de uso, estética y diseño minimalista, ayuda para que el usuario reconozca,
diagnostique y se recupere de los errores y la documentación.
El modelo de Montero y Fernández (2003), por su parte, contempla los criterios
definidos en la Guía de Evaluación Heurística de Sitios Web, sobre la base de las
dimensiones de análisis del trabajo de Jakob Nielsen, a partir de los siguientes
puntos: generales, identidad e información, lenguaje y redacción, rotulado,
estructura y navegación, leyout de la página (diseño y disposición), elementos
multimedia, ayuda, accesibilidad, y finalmente control y retroalimentación.
El modelo considerado por Nirjhor et al., (2018) evalúan los siguientes puntos:
principio de usabilidad (capacidad de aprendizaje, flexibilidad, robustez), eficiencia
y eficacia, recordación y recuperación de errores.