El néctar que proviene de la miel y,
“determina su aroma, gusto y color. Los girasoles, por ejemplo, le dan un color dorado; el
trébol produce una miel blanca y dulce; las agaves le dan a la miel un sabor desabrido. La
miel oscura generalmente tiene un sabor fuerte y a menudo presenta un alto contenido
mineral; la miel clara tiene un sabor más delicado” (FAO, 2005, pág. 42).
La miel en la industria
La miel destinada al consumo humano no debe haber sido objeto de ninguna
adición de productos alimentarios, incluidos los aditivos alimentarios, ni de ninguna
adición distinta a la miel.
La miel, en la medida de lo posible, debe estar exenta de materias orgánicas e
inorgánicas extrañas a su composición”. además, no debe presentar gusto u olor
extraños, ni presentar fermentación, ni presentar una acidez modificada artificialmente,
ni haber sido calentada de manera que las enzimas naturales sean destruidas o
considerablemente inactivadas. (Pierre, 2007, pág. 420).
La miel de abeja es extraída por apicultores, en muchas regiones son comunes
los centros de acopio, donde esta es recolectada para ser transportado a los
establecimientos donde es envasada para ser procesada para asegurar su calidad,
conservando sus propiedades. Visquet señala que “durante su procesado, la miel se
somete a etapas de licuado, colado, filtrado, pasteurización, envasado y
almacenamiento. Finalmente, esta miel se distribuye para su venta” (Visquet, 2015, pág.
19). La miel es sometida a un tratamiento de pasteurización para retrasar la
cristalización y destruir los microorganismos que la contaminan.
Como parte del control de calidad, la miel se somete a análisis de pureza; para
poder agregar elementos de valor a la evaluación técnica de laboratorio, es necesario
incluir elementos cualitativos que se dan lugar en análisis sensoriales con muestras de
una miel cristalizada y una licuada a baño de María, para apreciar las características
organolépticas de la miel de acuerdo a escalas de color, limpidez de la miel líquida,
homogeneidad de la miel cristalizada; ausencia de trazas blancas, limpieza de la
superficie, aroma, olores y gusto, cristalización muy fina, fina o grosera, presentación:
embalaje, presencia de espuma blanca, limpieza, densidad y porcentaje de materias
secas. Entre las tecnologías que se han estudiado con este fin, se encuentran los
ultrasonidos, las altas presiones hidrostáticas y las microondas (Tosi, 2002, pág. 73).
Metodología
Para el presente análisis, se utilizó un enfoque cualitativo y método descriptivo,
iniciando con la recolección de fuentes bibliográficas, cuyos datos fueron analizados y
comparados en el marco de la composición fisicoquímica de la miel de abeja,
principalmente de la Apis mellífera. Para el análisis de la información se procedió, en
primer lugar, en seleccionar los elementos correlacionados a la calidad y a la
cristalización de la miel de abeja y a partir de este ejercicio, se contrastaron los